jueves, 8 de octubre de 2009

Comprender la Paramixovirosis de la Paloma

Este artículo no es una guía médica que permita a los colombicultores diagnosticar la enfermedad y tratar sus palomas. Sólo el médico veterinario está en condiciones de establecer un diagnóstico correcto, instaurar un tratamiento apropiado y escoger el mejor modo de vacunación.

Pero a consecuencia de los malos artículos y de los errores publícados en la prensa y en las revistas colombófilas, queremos informar al público de la situación actual real y tratar de restablecer la verdad.

La finalidad de este fascículo es explicar a los colombófilos y colombicultores qué es la paramixovirosis, esa plaga que azota actualmente al deporte colombicultor, insistir en la necesidad u obligación de vacunar y tomar las medidas de higiene pertinentes. Así el colombicultor o colombófilo comprenderá que si surge la enfermedad en uno de sus palomares, el lavarse las manos y cambiarse de zapatos y de mono de trabajo al pasar del palomar contaminado a los otros, puede evitar muchas catástrofes.


INTRODUCCIÓN

La enfermedad fue descrita por primera vez en las aves de corral en 1926 en la ciudad de Newcastle, en Inglaterra; de ahí que se le llame "enfermedad de Newcastle".
Esta enfermedad está causada por un virus, un Paramixovirus. Es muy contagiosa y muy grave. Afecta principalmente a la gallina, pero también a otras especies de aves como puede ser la paloma, en cuyo caso nos encontramos con un problema internacional preocupante.

En efecto, en 1981 aparece una epidemia en la paloma mensajera en los países mediterráneos : Malta, España, Italia, Portugal. En 1983 la enfermedad se extiende por Holanda, Bélgica, Alemania, Inglaterra y Japón. Se la denomina entonces la "paramixovirosis de la paloma".

Para simplificar, diremos que un microbio es o una bacteria o un virus. Citemos, a modo de ejemplo, la paratifosis que es debida a una bacteria y la paramixovirosis que es debida a un virus.

Los virus son mucho más pequeños que las bacterias. Las bacterias son visibles al microscopio ordinario (ampliación x 1.000), los virus solamente son visibles al microscopio electrónico (ampliación x 100.000).
La estructura muy sencilla de los virus les obliga a reproducirse únicamente en una célula en la que han penetrado. Las bacterias pueden reproducirse por si mismas ya que éstas poseen dos ácidos nucleicos (el ARN y el ADN). Los virus solamente poseen un ácido nucleico (o el ARN o el ADN). Son pues incapaces de reproducirse por sí mismos. Para poder reproducirse tienen que servirse de ciertos elementos de la célula en la que van a penetrar. La multiplicación del virus en una célula puede provocar la muerte de esa célula. El virus es entonces patógeno y provoca una enfermedad.

Ciertos virus sólo pueden infectar las células del hombre, otros únicamente las células de los mamíferos, otros las células de las aves... Además, ciertos virus prefieren multíplícarse en las células del intestino: son viscerotropos; otros en las células del sistema respiratorio: son neumotropos; otros en las células del sistema nervioso: son neurotropos.


EL PARAMIXOVIRUS DE LA PALOMA

El virus responsable de la paramixovirosis de la paloma pertenece, claro está, al grupo de los Paramixovirus, familia de los Paramixoviridae.

Existen también ciertos Paramixoviridae del hombre (por ejemplo el sarampión, las paperas), ciertos Paramixoviridae de los mamíferos (por ejemplo la enfermedad de los perros pequeños) y ciertos Paramixoviridae de las aves (por ejemplo la enfermedad de Newcastle).

Los Paramixovírus de las aves están clasificados en varios tipos. El virus de la enfermedad de Newcastle representa el tipo 1:

Paramixovirus aviar tipo 1 o PMVI (en abreviatura). El paramixovírus responsable de la epidemia actual de la paloma pertenece a este grupo. Se trata de un PMV1.

En 1983, varios autores pensaron y publicaron en la prensa que la epidemia de paramíxovirosís, la cual hacía estragos en la paloma desde 1981, era debida a un virus que pertenecía al tipo 3 (PMV3). En realidad, nosotros hemos demostrado que todas las cepas de paramíxovirus aisladas en la paloma en Europa desde 1971 son cepas de PMV1.
Sin embargo, utilizando técnicas de laboratorio muy precisas, se ha podido llegar a la conclusión de que existen ligeras diferencias entre las cepas actuales de PMV 1 aisladas en la paloma y las cepas clásicas de PMV1 o virus de la enfermedad de Newcastle.


EL PODER PATÓGENO DEL PMV1

El poder patógeno (= que da origen a la enfermedad) de las cepas del PMV1 es muy variado. Basándonos en diferentes pruebas de laboratorio podemos clasificar las cepas según su poder patógeno en:

LENTOGENAS

MESOGENAS

VELOGENAS



PODER PATOGENO CRECIENTE

Las cepas mesógenas y velógenas son patógenas, es decir, provocan la enfermedad. Algunas son neumotropas (el virus prefiere multíplícarse en las células del sistema respiratorio) y/o víscerotropas (el virus prefíere multíplícarse en las células del sistema digestivo) y/o neurotropas (el virus prefiere multíplícarse en las células del sistema nervioso).

Las cepas lentógenas son muy poco patógenas.

La infección pasa generalmente desapercibida. Esas cepas son utilizadas como vacuna. La cepa La Sota es una cepa lentógena clásica de PMV1.
El PMV1 responsable de la epidemia de la paloma es esencialmente víscerotropo y neurotropo. Por consiguiente, provoca principalmente diarreas y trastornos nerviosos. Según los criterios definidos más arriba, está clasificado como mesógeno.


RELATO HISTORICO DE LA PARAMIXOVIROSIS EN LA PALOMA

Hasta 1971 no se había observado ningún caso de infección natural por el PMVI en la paloma mensajera. De 1971 a 1973, una terrible epizootia de enfermedad de Newcastle díezmó la avicultura de todos los países de Europa. Fue en esta época cuando aparecieron los primeros casos de infección natural en la paloma mensajera en Holanda, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Las palomas padecían trastornos respiratorios, digestivos y nerviosos. Habían sido contaminadas por contacto directo con aves de corral y las cepas de virus aisladas eran cepas velógenas clásicas de PMV1 o virus de la enfermedad de Newcastle.

En 1980 fueron aisladas algunas cepas lentógenas clásicas de PMV1 en palomas que padecían únicamente trastornos respiratorios y que no conseguían buenos resultados deportivos. Las encuestas realizadas en esa época mostraron que el 7% de las palomas mensajeras belgas y el 19% de las palomas mensajeras francesas habían sido infectadas por el virus pero sin presentar la enfermedad clínica.

En 1981 aparecieron en las palomas mensajeras del norte de Italia, ciertas formas graves de la enfermedad de Newcastle. El virus aislado fue caracterizado como una cepa mesógena de PMV1. En 1983 la enfermedad alcanzó nuestras regiones y se extendió por Holanda, Bélgica, Francia, Alemanía e Inglaterra. Todas las cepas de virus aisladas en estos paises fueron de PMVI; además eran idénticas entre si y generalmente mesógenas. Sin embargo, se pueden observar ciertas diferencias entre estas cepas y las cepas clásicas del virus de la enfermedad de Newcastle si se utilizan ciertas técnicas sofisticadas de laboratorio.


¿ QUÉ PODEMOS DEDUCIR DE LA EVOLUCIÓN DE ESTA ENFERMEDAD?

Si es verdad que de 1973 a 1983 esta enfermedad desapareció de nuestras regiones, el virus, por el contrarío, permaneció: ciertas cepas lentógenas de PMV1 persistieron e infectaron las aves de corral y las palomas, pero la enfermedad pasó desapercibida.

La desaparición de la enfermedad no corresponde con la desaparición del virus, sino con la desaparición de las cepas patógenas.

La reaparición de la enfermedad no corresponde con la reaparición del virus sino con la reaparición de las cepas patógenas (mesógenas o velógenas).

En conclusión, es posible que la enfermedad de Newcastle sea al principio una infección viral benigna de la gallina (infección lentógena). Ciertas modificaciones en la población de las aves de corral han podido (quizás) permitir la selección del virus de mayor virulencia (cepas mesógenas o velógenas) y, por consiguiente, de un poder patógeno que se extiende a un mayor número de especies de aves (la paloma en este caso).


ESQUEMA CLASICO DE LA INFECCION EN LA PALOMA

Cuando una paloma se pone en contacto con el PMV1, el virus se multiplica primeramente por las puertas de entrada del organismo, es decir, los ojos, la nariz y la boca. A partir del segundo o tercer día, la paloma comienza pues a eliminar virus hacía el exterior a través de las secreciones del ojo, de la nariz y de la boca. Los síntomas respiratorios y oculares (conjuntivitis) aparecen cuando se ha destruido un número suficiente de células, generalmente a partir del quinto o sexto día (período de incubación).

A continuación, el virus se propaga de célula a célula y es diseminado por vía sanguínea. Se multiplica por el tubo digestivo y aparecen seguidamente los síntomas digestivos (diarrea). Por consiguiente, la paloma puede ya eliminar el virus por los excrementos a partir del cuarto día que sigue a la infección. El virus diseminado por vía sanguínea puede llegar al cerebro y extenderse por él mismo. Es entonces cuando aparecen los síntomas nerviosos típicos. Este es el esquema clásico. Recordemos que el virus responsable de la epidemia actual es neurotropo y víscerotropo, pero poco neumotropo. Los síntomas respiratorios pasan pues muchas veces desapercibidos.


ASPECTOS CLÍNICOS DE LA ENFERMEDAD

El periodo de incubación, es decir, el intervalo de tiempo que transcurre entre el momento en que la paloma es infectada por el virus y el momento en que aparecen los primeros síntomas, es muy variable: puede variar de unos días a varías semanas. En el esquema clínico clásico aparecen primeramente los síntomas digestivos y a continuación los síntomas nerviosos. En la forma actual de la enfermedad, los síntomas respiratorios y oculares son prácticamente inexistentes. En cambio, los trastornos digestivos son muy importantes y se manifiestan por una diarrea acuosa o hemorrágica según la importancia de la destrucción de las células del intestino.

Los trastornos nerviosos son muy característicos:

Temblores de cabeza

Tortícolis:

Cabeza invertida

Parálisis:

De un ala, de las dos (la paloma no puede subir a su nido) y/o de las patas

Trastornos de equilibrio:

Paso titubeantte, tendencia a caerse hacía atrás o hacia un lado

Trastornos de la vista: 

Las palomas pican al lado de los granos, es decir, que no tienen perspectiva.

Se pueden dar ciertas formas menos típicas de la enfermedad: la aparición repentina de trastornos nerviosos sin diarrea previa o la aparición de diarrea sin síntomas nerviosos. Esto puede suceder cuando las palomas han sido vacunadas hace mucho tiempo. En ese caso, su grado de resistencia (inmunidad) se ha ido atenuando con el paso del tiempo y se ha hecho demasiado débil para impedir que el virus se multíplique por el intestino.

No obstante, tiene todavía resistencia suficiente para impedir su transmisión por la sangre y el cerebro. La morbosidad (es decir, el porcentaje de animales enfermos) varia del 30 al 70%. Sin embargo, el indice de mortalidad es bajo y no sobrepasa el 10%. Este porcentaje puede evolucionar en el futuro, retroceder o aumentar según el poder patógeno del virus (véanse los párrafos precedentes).

En la enfermedad reproducida experimentalmente en el laboratorio la mortalidad es más elevada, lo que se explica por el hecho de que cada animal está inoculado mediante una dosis muy elevada de virus y que no se aplica ningún tratamiento ni cuidado a las palomas enfermas.


RECEPTIVIDAD EN EL HOMBRE

El hombre responde a la infección por una conjuntivitis. Por eso, el colombicultor, en el momento de manipular los animales enfermos o la vacuna viva, tiene que evitar el llevarse los dedos a los ojos o el recibir proyecciones en el ojo.


DISTRIBUCIÓN DE LA ENFERMEDAD

Que sepamos, la enfermedad existe en los países mediterráneos, en Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, Inglaterra y Japón.


TRANSMISIÓN DE LA INFECCIÓN

Las vías naturales de entrada del virus en el organismo son el ojo, la nariz y la boca.
La infección se transmite esencialmente por contagio directo (en concursos y exposiciones) a partir de las secreciones y excreciones de las palomas enfermas. El hombre (manos, botas, gorra, mono de trabajo...) y los objetos contaminados (cestas, camiones, vagones...) son también importantes conductores mecánicos (contagio indirecto).

Es importante señalar que, en la naturaleza, el PMV1 tiene una buena resistencia al calor, a la luz y a la humedad. El virus se puede transmitir por el aire bajo forma de polvo virulento; el viento puede arrastrar dicho polvo hasta dístancias considerables.


ELIMINACIÓN DEL VIRUS POR LAS PALOMAS ENFERMAS

Las palomas pueden eliminar el virus a través de las secreciones del ojo, de la nariz y de la boca a partir del segundo o tercer día de infección y por medio de los excrementos a partir del cuarto día. Las palomas pueden pues eliminar el virus antes de la aparición de los primeros síntomas.

En la paloma infectada el virus permanece como máximo 4 semanas en los órganos respiratorios, 3 semanas en el intestino y 5 semanas en el cerebro. Una vez transcurridas 6 semanas de enfermedad, las palomas ya no son portadoras del virus y por consiguiente, ya no pueden transmitir la infección.


DIAGNÓSTICO

Sí un colombicultor o colombófilo sospecha que sus palomas padecen la paramíxovírosís, le aconsejamos se ponga en contacto con un veterinario, quien podrá sacar sangre a 2 o 3 palomas enfermas y confirmar el diagnóstico.


PRONÓSTICO

Los colombicultores o colombófilos tienen tendencia a eliminar sus palomas enfermas cuando se declara la paramíxovírosis en sus palomares. ¡¡Es un error, sobre todo sí hay sujetos de valor!!

La mayor parte de las palomas que padecen trastornos nerviosos, aunque sean muy acusados, se van a curar después de una convalecencia de 2 a 3 meses, con la condición de que puedan alímentarse y beber. En caso de necesidad, el colombicultor o colombófilo tendrá que alimentar dichas palomas artificialmente con granos mojados y dándoles agua con un cuentagotas tres veces por día.

Esas palomas, una vez curadas, van a conservar intacto su sentido de orientación y van a recuperar completamente sus capacidades deportivas. Conocemos personalmente varios colombófilos que en 1984 obtuvieron muchos premios con palomas que a finales de 1983 habían presentado trastornos nerviosos graves y que se mantuvieron en vida gracias a sus cuidados diarios.

Así mismo, las palomas que han sobrevivido a la paramíxovirosís pueden ser dedicadas a la reproducción; sus cualidades de genitores no habrán sido alteradas y sus productos no serán en nada inferiores.

Las palomas que padezcan enteritis presentarán una fuerte diarrea. Para compensar la deshidratación, beberán 4 a 5 veces la cantidad normal de agua. La función digestiva se verá fuertemente perturbada y la asimilación de materias nutritivas será reducida. El conjunto de esos fenómenos podrá ocasionar trastornos graves en la muda: una o varías remeras podrán sufrir malformaciones (astil frágil, barbas malformadas).

La mucosa intestinal podrá sufrir lesiones irreversibles y las palomas tendrán perturbada la función digestiva y por consiguiente su rendimiento deportivo será deficiente.


TRATAMIENTO

No existe ningún tratamiento especifico ya que los virus no son sensibles a los antibióticos antíbacteríanos. Los tratamientos que se pueden recomendar no tienen como finalidad la curación de la paloma; únicamente podrán ayudarles a superar la enfermedad guardando un mínimo de secuelas posibles.

La gravedad de la enfermedad dependerá del estado sanitario de la colonia y de la presencia de otras enfermedades en el palomar: trícomoniasís, coccidiosís, vermínosís... El colombicultor o colombófilo que desee salvar sus palomas tendrá que presentarlas a un médico veterinario quien las examinará y tratará con el fin de ayudarles a superar la infección viral.
Las palomas con diarrea tendrán que ser rehídratadas admínístrándoles electrólitos en el agua. Habrá que darles un suplemento de vitaminas (A, B o C según el cuadro clínico) y de ácidos aminados esenciales.

Nunca nos cansaremos de repetir que la elección de los medicamentos y su dosificación es cosa de la Medicina veterinaria. No existe ningún tratamiento milagro para cada enfermedad.

Cada palomar aquejado de paramixovirosis es un caso particular que debe ser examinado y tratado individualmente.
Deseamos avisar a los colombicultores que atiborran empíricamente sus palomas de medicamentos. En lugar de curarlas, intensifican las lesiones del tubo digestivo, del hígado y de los riñones y agravan la evolución de la enfermedad.


MEDIDAS HIGIÉNICAS PARA EVITARLA ENFERMEDAD

Recordemos que la infección se transmite esencialmente por contagio directo entre palomas o por contagio indirecto por intermedio del hombre.

En una región infectada, el colombófilo deberá evitar a toda costa la participación en concursos y exposiciones sí sus palomas no han sido vacunadas por lo menos 15 días antes.

El colombófilo o colombicultor deberá prohibir igualmente toda visita a sus palomares y dejarse de introducir en los mismos nuevos sujetos (palomas compradas o prestadas para la reproducción) salvo sí sus palomas han sido vacunadas por lo menos 2 semanas antes.

Si se declara la enfermedad en su colonia, el colombófilo o colombicultor deberá inmediatamente colocar las palomas enfermas en un palomar aparte. Todos los días comenzará ocupándose de las palomas sanas para terminar por el palomar de las enfermas. Tendrá que lavarse las manos, cambiarse de botas y mono para pasar de un palomar a otro.

¡ ¡ Estas medidas son fastidiosas, pero primordiales!!

¡¡PREVENGAMOS LA ENFERMEDAD MEDIANTE LA VACUNACIÓN !!


¡¡LA VACUNACION, EL UNICO MEDIO DE EVITAR LA ENFERMEDAD!!


Se pueden utillzar dos tipos de vacuna:

1. Una vacuna viva que contiene virus vivo: la cepa La Sota;

2. Una vacuna inactivada que contiene virus muerto y un aditamento.


LA VACUNA VIVA

(cepa La Sota)

Cuando vacunamos un animal con una vacuna viva, en realidad, lo que hacemos es infectar ese animal con una cepa de virus atenuado o poco patógeno de la enfermedad. En el caso particular de la paramixovírosís, el virus vaccíneo es una cepa lentógena de virus de la enfermedad de Newcastle: la cepa La Sota.

El virus va a multiplícarse por las células en los lugares donde es inoculado, es decir, en la conjuntiva, la nariz y la boca. El organismo va a reaccionar rápidamente a esta agresión y va a poner en funcionamiento sus mecanismos de defensa inmunitarios locales, inmunidad local que es ya activa a partir del cuarto o quinto día. Después, según la ímportamcía de la multiplicación y de la diseminación del virus por el organismo, la paloma va a producir anticuerpos sanguíneos antívírus (= inmunidad general, presente después de 10 a 15 días).

La cepa La Sota estimula pues principalmente la inmunidad local y escasamente la inmunidad general. Señalemos que la cepa La Sota es una cepa PMV1 clásica y que, por consiguiente, se multiplica peor en las células de la paloma que en las células del pollo o la gallina. Por eso, para obtener una buena protección, hay que administrar a la paloma una cantidad 5 veces superior a la prevista para el pollo o la gallina.


LA VACUNA INACTIVADA

La vacuna inactivada contiene virus muerto y un aditamento. Tiene que ser administrada por inyección.
Cuando se inyecta una vacuna inactivada, inyectamos virus muerto. El organismo va a reaccionar ante la presencia de esas substancias extrañas y va a formar anticuerpos contra dichas substancias a partir de los 10 a los 14 días, es decir, anticuerpos antívirus (inmunídad general: anticuerpos que circulan en la sangre). Una vacuna inactivada estímula pues principalmente la inmunidad general y escasamente la inmunidad local.

La función del aditamento consiste en intensificar la respuesta inmunitaría llamando a células inflamatorias en el lugar de la inyección. Por esta razón y para evitar ciertas lesiones graves en los músculos pectorales, la utilización de una vacuna inactivada por inyección intramuscular no es aconsejable para la paloma de deporte. ¡El único camino a seguir será pues la utilización de la inyección subcutánea!.


VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LOS DOS TIPOS DE VACUNACIÓN

La vacuna inactivada contiene virus muerto; su utilización no es pues peligrosa bajo el punto de vista epízootiológíco (transmisión de la infección). Pero el aditamento aceitoso es soportado mal por la paloma. La inyección subcutánea es dolorosa; una paloma de cada mil puede morir del choque y este porcentaje puede aumentar con la segunda vacunación; se puede formar un gránulo que puede comprimir el esófago o la tráquea.

Finalmente, el stress de la vacunación puede reactivar el virus herpes responsable de la coriza de la cual la mayoría de las palomas son portadoras latentes.

Sí la vacuna inactivada es inyectada en el músculo pectoral, provoca la destrucción de fibras musculares en el lugar de la inyección y, por consiguiente, lesiones graves.


La vacunación por medio de la cepa La Sota ofrece una protección rápida (después de 4 a 5 días). Pero la cepa La Sota es una cepa lentógena de virus de la enfermedad de Newcastle y puede conservar un poder patógeno potencial. En efecto, recordemos que vacunar una paloma con la cepa La Sota corresponde en realidad a inyectar a esa paloma una cepa muy poco patógena de PMV1.

Además, la vacunación por medio de la cepa La Sota no es tan fácil como podría parecer a primera vista; una vez preparada, la vacuna tiene que ser utilizada en un lapso de tiempo no superior a las dos horas y el protocolo de vacunación debe ser respetado escrupulosamente. Las palomas deben ser vacunadas por medio de gotas nasales y oculares. La administración de la vacuna en el agua de bebida da resultados aleatorios. Este modo de vacunación es colectivo y no podemos estar seguros de que cada paloma haya recibido la cantidad suficiente de virus.


CONCLUSIÓN

En nuestra opinión, la vacunación con virus vivo no está adaptada a las necesidades de la colombicultura o colombófilia.
La utilización de la vacuna viva debería ser abandonada rápidamente en provecho de otro modo de vacunación especialmente estudiado que satísfaciera mejor las exigencias del deporte colombicultor.

Es preferible utilizar una vacuna inactivada que una vacuna viva, ya que la utilización de la primera no constituye ningún peligro bajo el punto de vista epízootíológico.

Por último, aconsejamos a los colombicultores o colombófilos hacer examinar las palomas antes de la vacunación. Solamente las palomas en perfecto estado de salud, es decir, indemnes de tricomonas, de parásitos y de coriza podrán ser vacunadas sin peligro.


¡¡CUALIDADES QUE DEBERÍA TENER UNA BUENA VACUNA INACTIVADA !!

Una buena vacuna inactivada debe ser eficaz, es decir, debe proteger la paloma durante al menos toda la temporada deportiva (mínimo 6 meses) y ser bien tolerada, es decir, no producir reacciones secundarias, ni trastornos en la muda, ni pérdida de la forma.

Una buena vacuna inactivada debe poder inyectarse fácilmente y sin dolor, no provocar choque alguno, ni la formación de un gran gránulo, ni dar lugar a manifestaciones clinícas de coriza o de sinusitis (reactivación del virus herpes).

Una buena vacuna inactivada debe generar la aparición de una inmunidad local y general. En esas condiciones, sí una paloma vacunada es infectada por el virus, la multiplicación de ese virus en los lugares de entrada del animal, será impedida. La paloma no manifestará ningún síntoma clínico y no constituirá ningún peligro para las otras palomas ya que no eliminará el virus en el medio exterior ni en las cestas de viaje.

Con la idea de alcanzar esos diferentes objetivos, hemos trabajado durante varios meses en colaboración con la industria farmacéutica (Duphar B.V. miembro del grupo Solvay) para preparar una vacuna inactivada contra la paramíxovírosís de la paloma (Colombovac® PMV).

Hemos centrado todos nuestros esfuerzos en obtener una vacuna que estimule la inmunidad local y general de la paloma y que al mismo tiempo no produzca reacciones secundarias.

Esta vacuna (Colombovac® PMV) ha sido concebida y preparada con los mismos cuidados y las mismas precauciones que una vacuna destinada a la medicina humana con el fin de evitar todo accidente postvaccineo.

Esta vacuna es inactiva, contiene un nuevo tipo de aditamento no aceitoso y virus muerto extremadamente purificado. Se ínyecta por vía subcutánea a nivel del cuello y no provoca ninguna reacción secundaría.
Nuestros resultados muestran que tras una inyección (0,2 ml) de esta vacuna, los anticuerpos persisten durante 1 año y las palomas están protegidas de una grave infección después de 10 días y esto durante 12 meses.

Cuando se inocula una dosis importante de virus muy patógeno a palomas que han sido vacunadas de esa manera, se observa que el 100% de esos animales resisten a la infección sin la mínima aparición de signos clínicos de la enfermedad. Esas palomas no pueden pues ni transmitir la infección ni diseminar el virus en el país.

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